La colección de Austen

La colección de Austen

miércoles, 17 de agosto de 2016

Cartas y libros


La lectura y la escritura siempre han sido valoradas como medios relevantes para la comunicación y no podía ser más cierto en una época sin celulares, correos electrónicos o internet. Por eso encontramos a los personajes austenianos retratados en las películas ya sea escribiendo o leyendo.

En el caso de las damas, sus labores se limitaban al cuidado del hogar y de los hijos; sin embargo, este caso se agravaba más para las señoritas solteras que aún no tenían pretendientes ¿qué hacer mientras tanto si no se podía trabajar? Tenían que leer. Los libros eran el medio de comunicación masivo (a parte de los chismes) entre las mujeres de un determinado lugar y la montaña de sucesos e ideas del resto del mundo, pues los temas políticos y económicos solían discutirlo los caballeros mayormente sin presencia de las damas.

Los libros han sido las armas de las mujeres contra la ignorancia y dependencia, estados generados por el sexismo contra las mujeres. Por eso, la señorita que había leído ciertos libros era considerada una persona instruida. Una mujer debe expandir su mente a través de la lectura. 

Los hombres, por otro lado, debían aprender el arte de redactar cartas. Estas eran necesarias para mantenerse al tanto de los negocios, situaciones familiares, entre otros. Entonces ¿qué ocurriría si el caballero en cuestión no era bueno redactando? Pues iba sufrir mucho, sobre todo en el cortejo ya que estas eran su carta de presentación ante la dama en cuestión.



Los caballeros no solo se enfrentaban al hecho de tener una adecuada caligrafía, también debían darle forma a la carta para que esta transmitiera los sentimientos del escritor. Una carta a la prometida debía desprender amor a fin de que la dama entendiera el propósito de esta. Sin duda alguna, el caballero debía ingeniárselas para que funcionara, pues de lo contrario se prestaba a muchas malinterpretaciones causadas quizás por un descuido. Un ejemplo es la carta de Darcy, donde le narra a Elizabeth los sucesos delicados acontecidos en su familia para reivindicar su imagen ante ella o la misiva crucial del Capitán Wentworth para declarar su amor por Anne; incluso la que escribió Willoughby a Marianne.

Los riesgos de enviar cartas han sido muy variados y siempre aprovechados en la literatura. Se extraviaban, eran destruidas antes de llegar al destinatario, descubiertas inoportunamente. leídas fuera de contexto...y aún así siguen siendo un elemento básico en el romance.

Tal vez sin damas leyendo un libro o caballeros escribiendo una carta, las obras de Austen no hubieran sido interpretadas igual.






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